Ceremonia en el Cenotafio de Malvinas de la Localidad de Pilar

Participaron de la misma miembros de la Comisión Directiva, representantes del Centro de Veteranos de Malvinas de Pilar y Socios del Instituto.

El Señor Presidente, Capitán de Navío VGM (RE) Juan José Membrana, leyó palabras alusivas, se colocó una corona de laureles en la cruz central y una ofrenda en memoria de los caídos en cada una de sus respectivas cruces, al tiempo que el trompa tocó silencio.

A continuación reproducimos las palabras pronunciadas:

“Estimados representantes del Centro de Veteranos de Guerra del Municipio de Pilar. Apreciados miembros de la Honorable Comisón Directiva del Instituto Aeronaval. Queridos consocios y público asistente.

Año tras año, sin estridencias y enmarcado por un profundo sentimiento Cristiano, la comunidad del Instituto Aeronaval se reúne en este Cenotafio, para rendir su más sentido homenaje a los miembros de la Aviación Naval de la Armada Argentina que honraron con su supremo sacrificio el juramento hecho ante la bandera de la Patria.

Aquí están representados quienes lo dieron todo, rodeados de sus camaradas de todas las armas de la Nación y bajo la protección eterna de Dios nuestro creador.

No llegamos hasta este lugar a ensalzar ni a reivindicar la Guerra, venimos si a recordarlos, a decirles a cada uno de nuestros nueve (9) camaradas que nos contemplan desde la inmortalidad, que su sacrificio defendiendo el territorio nacional no ha sido en vano.

A nuestra Nación le cuesta reconocer el valor y el sacrificio de sus soldados y ha sido así desde siempre, pero somos nosotros, sus hermanos de batalla, quienes tomamos esa guardia y no la abandonaremos jamás. Estos nueve marinos de guerra que hoy recordamos, cumplieron con la palabra empeñada en su juramento a la Bandera, validada sólo a través de su Honor y el de la Fuerza a la cual pertenecieron.

Porque aunque nuestra sociedad actual no lo valore, lo único que nos ata a ese juramento, es el concepto etéreo, intangible y sublime del Honor Militar.

Honor Militar, frase de tan solo dos palabras que encierra a su vez, el más grande compromiso que un hombre libre en una sociedad justa, decide de manera voluntaria llevar adelante, sabiendo que si llegara el momento, lo deberá honrar con su sangre y su vida misma.

Ese legado de Honor, no le pertenece a los hombres y mujeres por derecho propio, viene envainado en los sables y bayonetas que desde el principio de nuestra historia como Nación libre y soberana, tantos otros hombres han honrado.

Mal que a muchos les pese, nuestra sociedad, la que se alberga en el extenso territorio que heredamos como República Argentina y que sintetiza nuestra idea de Nación, es el fruto de llevar a la práctica el concepto de la Libertad!, ganada palmo a palmo por criollos y nativos en armas. No nacimos porque alguien nos declaró libres e independientes, sino por el esfuerzo y sacrificio de tantos que abonaron con su sangre ese ideal.

Los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, no somos una elite que se cobija bajo oropeles y uniformes vacíos de contenido, somos y nuestros camaradas aquí representados aún más, ciudadanos provenientes de todos los confines y rincones de la Patria, sin distinción de clase, ni tradición familiar, que han decidido hacer del Honor Militar, su valor supremo.

En este Cenotafio, ese sentido del Honor y del posible sacrificio que conlleva, se demuestra con creces al visualizar cada una de las cruces con el nombre de un valiente que ha pasado a ser inmortal.

Es nuestro deber y sentimiento de camaradas y Veteranos de Guerra, el honrar vuestra memoria, sólo quien es recordado por sus pares, vive para siempre y esa vivencia será trascendente para la comunidad toda. Es en ella donde podrán reflejarse las generaciones futuras de ciudadanos y obtener el coraje para enfrentar el porvenir.

Ellos, nuestros conciudadanos os lloran por vuestra juventud y esta claro que es en esa juventud, con el espíritu limpio y colmado de nobles ideales, donde el Honor Militar se hace carne y no los abandonará ya jamás. Los viejos soldados que hoy aquí los recordamos, somos prueba de ello.

La Aviación Naval de la Armada Argentina, a través vuestro, honró esos valores y ese juramento y lo hizo volando y navegando, el final se presentó sin aviso de manera cruda y sin espera y en el instante siguiente los abrazó la Gloria. Sin quererlo ni pensarlo, Dios les otorgó el final de los justos. Ese final que los convirtió en inmortales en nuestra memoria y nuestro corazón.

Nadie desea la muerte, pero a ustedes se les presentó en batalla, su tiempo se vio adelantado por las circunstancias de una guerra no pedida ni deseada, ustedes camaradas son el más bravo ejemplo de los valores de la Argentinidad del siglo que ya pasó.

En nuestros días, el sacrificio y entrega de la dotación del submarino ARA San Juan, es otro claro ejemplo de la abnegación que los hombres y mujeres de la Armada ponemos a disposición para el cumplimiento de las misiones que la Nación nos encomienda, a ellos también llegue hoy nuestro reconocimiento.

Señor Capitán de Fragata – Carlos María Zubizarreta
Señor Teniente de Navío – Marcelo Márquez
Señor Teniente de Navío – Carlos Benítez
Señor Teniente de Fragata – Daniel Enrique Miguel
Suboficial Mayor Aeronáutico – Ramón Barrios
Suboficial Segundo Aeronáutico – Roberto Lobo
Cabo Principal Furriel – Pedro Vendramin
Cabo Primero Artillero – Sergio Iselli
Cabo Primero Artillero – Claudio Grimaldi

A todos y cada uno de ustedes, le decimos: PRESENTE!

Como testimonio de nuestro eterno recuerdo, nuestra admiración y nuestro agradecimiento.

Pueden ustedes descansar en Paz, no los hemos olvidado y no los olvidaremos jamás.

Que Dios nuestro Señor y nuestra Patrona la Virgen Stella Maris, los guie a la Bienaventuranza eterna!

TROMPA… Toque Silencio.

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